Trabajos ganadores del Concurso literario Día del Libro 2014 del IES L'Eliana

A continuación recogemos las obras premiadas en el XI Concurso literario Día del Libro, convocado por los departamentos de Castellano y Valencià del IES L'Eliana, en este año 2014:

En Castellano los trabajos premiados han sido:


Modalidad de poesía:


Primer premio: Amor de juventud y Nada más real que la muerte, de Claudia Rico, 2º ESO




Amor de juventud

Entre sonrisa y sonrisa,
Una persona escondida.
Entre suspiro y suspiro,
Un recuerdo de por medio.
Entre verso y verso,
Un sentimiento vivido.

Tardes que se alargan,
Hasta convertirse en noches.
Noches tan cortas,
Se convierten en mañanas.
Mañanas de pesadumbre,
Acaban siendo tardes...

Así son mis días,
Siempre lo mismo.
¿Cuándo dejaré de lastimarme?
De cortarme con esos cuchillos,
Aquellos que se hacen llamar sentimientos.

Siento tanto...
Para haber vivido tan poco.

No comprendo esta distancia,
La que no quiere que conversemos,
La que no quiere que nos toquemos,
La que no quiere que nos amemos.
Tan solo que nos miremos...

Esa lucha perdida,
Ese sufrimiento ganado.
Malditas palabras nunca dichas...
Malditas palabras tan pensadas...

¡Ay Amor!
¿Qué te hice yo?
Para que me trates con desprecio...
Me ignoras...
Aun así de haberte idolatrado.

¡Ay Amor!
¿Por qué te pusiste en mi camino?
No te buscaba...
Pero te encontré.




Nada más real que la muerte

Todo es para siempre...
Piensas.
Hasta que un día llega la Muerte.

Desapareces, te esfumas,
¿Te olvidan?
Quién sabe...

Nada te importa,
Eres feliz viviendo.
Hay sufrimiento,
Pero es pasajero.

A veces no.
A veces intentas acabar
Con lo que un día te hizo amar, reír, llorar.
Te quieres suicidar.

Tu esencia desaparece,
Con ella tus días de vida.
Tu recuerdo permanece,
En aquellos que te quieren.
Te querían.

Porque una vez mueres,
Nada es Presente.
Ni Pasado, ni Futuro.
Te desvaneces.

Caes en la Inmensidad Negra,
Quizás Blanca,
Quizás Roja,
Quizás Gris...

No lo sé.
Nunca he muerto.

Lo haré.
Puede que mañana,
Puede que pasado,
Puede que en una eternidad de años.
Solo sé que moriré.

Si morimos,
¿Por qué hay Vida?
Acaso morimos en la Vida
Y vivimos en la Muerte…
Tan difícil es vivir y tan fácil es morir...




En la modalidad de narrativa:

Primer premio, ex aequo: Caminos cruzados, de Julia Lorenzo, de 1º Bach., y Alubias blancas, de Cristina Cuenca, de 2º Bach.



Caminos cruzados

“Lamentamos comunicarle el fallecimiento de Doña Paulina Muñoz López. El entierro tendrá lugar el próximo sábado 16 a las 12 horas en la capilla de San Nicolás, monasterio de San Ginés.Eran las palabras que contenía la nota que Gabriela acababa de recibir y leía con ojos incrédulos, ella no conocía a ninguna “Paulina Muñoz López”. Pero todavía le sorprendieron más unas palabras escritas a mano al pie de la cuartilla: “No faltes, hemos de hablar”. Eso sí que la dejó desconcertada por completo, pero la curiosidad la corroía por dentro y no pudo evitar plantearse su asistencia al acto. Pasaron los días y llegado el sábado se decidió a ir. Llovía mucho, típico de Toledo en febrero. Cogió un paraguas negro, salió a la calle todavía dudosa, y paró un taxi.

El coche se detuvo enfrente de un monumental recinto, que tenía diferentes edificios: un convento, un antiguo hospital transformado en residencia de ancianos y enfermos terminales, la iglesia con un pequeño cementerio... Gabriela preguntó a una monja por la capilla de San Nicolás y ésta le indicó el camino. Llegó y dejó el paraguas a la entrada, junto a otros que también estaban mojados De un atril cogió una octavilla donde estaba escrito el nombre de la difunta, así como sus fechas de nacimiento y defunción. También había un pasaje de la Biblia referido a la pureza de las almas. No reparó en eso, pues nunca había tenido ningún interés por la religión pese a los grandes esfuerzos de sus padres, ya difuntos a consecuencia de un accidente, que la internaron en varios colegios de monjas. Se sentó en un banco al fondo. La capilla estaba prácticamente vacía, sólo unas pocas personas ocupaban las primeras filas. Sintió pena por una señora de cierta edad, que en el primer banco se secaba las lágrimas con un pañuelo blanco. Delante del altar estaba el féretro y, sobre él, una corona de gladiolos y claveles con una cinta morada. El sacerdote subió al altar y dio comienzo la ceremonia. Gabriela contemplaba a aquellas personas que lloraban en silencio la pérdida de su ser querido mientras se preguntaba, cada vez más insistentemente, qué estaba haciendo ella allí. Pensó irse varias veces, pero le podía la curiosidad de averiguar quién la había citado allí y por qué motivo. Entre tanta elucubración llegó el fin de la ceremonia y esperó varios minutos a que alguien estableciera contacto con ella, pero nadie acudió. Decepcionada, se puso a buscar su paraguas entre los demás cuando la mujer que había estado sentada en la primera fila durante la misa llegó junto a ella y la miró con interés. Gabriela sintió el impulso de abrazarla mientras le decía:
    - Lamento mucho su pérdida. Le doy mi más sentido pésame - su voz sonaba un poco ronca, ya que no había hablado con nadie por un tiempo largo. Carraspeó.
    - Gracias hija. Lo teníamos ya bastante asumido, en los últimos meses la enfermedad había avanzado mucho. Lo único que hemos podido hacer por ella es cumplir su última voluntad: ser enterrada aquí. Y tú, ¿de qué conocías a mi hermana?
Consciente del lío en que se había metido, Gabriela murmuró unas palabras de despedida y se alejó rápidamente. No se dio cuenta hasta bien avanzado el jardín central de que se había olvidado el paraguas dentro de la capilla. Llovía intensamente y no podía permitirse irse sin él. Volvió adentro. Todo estaba en calma, bajo un silencio sepulcral. No veía el paraguas por ninguna parte. Reparó en una monja que estaba sentada en la penumbra en una de las últimas filas y se acercó a preguntarle, pero antes de que ella pudiera articular una sola palabra, la hermana se le adelantó:

          -Siéntate- dijo con voz firme y convencida.
       -Disculpe pero no puedo, tengo un poco de prisa. ¿No habrá visto usted un paraguas negro? Creo que lo he olvidado después de la misa.
         -¿Sabes por qué estás aquí?- continuaba la monja ajena a todo lo que le decía Gabriela- No lo sabes. Llevas toda la ceremonia preguntándotelo. Te he estado observando- Estaba tranquila y calmada, todo lo contrario que Gabriela, a la que había invadido una gran alteración. Ya no quería estar allí, ni saber nada más de todo aquello.
           -Disculpe hermana, no me gustaría ser maleducada, pero me tengo que marchar.
Gabriela se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta. Estaba a punto de cruzarla cuando la oyó decir:
          -Yo sé qué haces aquí. Fui yo quién te envió la nota.

Gabriela no pudo resistirse. Volvió a entrar y se sentó junto a ella. La monja empezó a hablar.
        
        -¿Sabes por qué vine a este convento? Entré aquí como novicia, nada más terminar los estudios de enfermería, porque aquí podría consagrarme también a mi otra vocación, el cuidado de los enfermos. El Señor quiso que yo empleara mis conocimientos en la maternidad del hospital. Era una labor maravillosa ayudar a las madres a traer nuevas vidas al mundo, nuevas almas devotas de Dios, aunque no todo era siempre tan bonito. Las técnicas no eran tan precisas como ahora y algunas madres morían durante el parto o el bebé no sobrevivía. Recuerdo una noche especialmente agitada. Llovía mucho, como hoy. Era ya muy tarde, serían las doce pasadas y sonó la aldaba de la puerta. Fui a abrir y me encontré a una joven, casi una niña. Estaba embarazada de 8 meses. Me dijo que no tenía casa, ni trabajo, ni marido, ni nada. El bebé era de un joven con el que había tenido un romance, pero que en cuanto se enteró de su estado se esfumó, dejándola completamente sola. Se había fugado de su casa porque su familia, de clase media y muy religiosa, había prohibido aquella relación y ella temía que la obligaran a desprenderse de su hijo cuando naciera. Bueno, cuando la vi empapada, con aquel vientre enorme, a punto de dar a luz, no pude resistirme y la dejé entrar; la criatura que iba a nacer no era culpable de los pecados de una chiquilla irresponsable. El parto fue complicado y hubo que practicarle una cesárea. La chica perdió mucha sangre y pensamos que no sobreviviría. Además, ¿cómo iba a mantener al niño si no tenía nada? No tardé ni un minuto en tomar la decisión. Durante la semana siguiente al parto solo se despertaba de vez en cuando entre calmantes para preguntar por su bebé. Le decíamos que nos estábamos encargando de él y eso la tranquilizaba. Cuando mejoró, yo personalmente le comuniqué que el bebé había muerto. Me miró fijamente con aquellos ojos azules, nunca he visto tanto dolor reflejado en una mirada. Al día siguiente había desaparecido del hospital. El bebé era una niña preciosa, con los ojos claros, como la madre. Me puse en contacto con una pareja de buena posición y muy devota que hacía generosas donaciones al convento. Llevaban años queriendo ser padres pero Dios, no los bendecía con la ansiada descendencia. Vinieron en seguida y sin hacer preguntas se la llevaron a casa. De la joven madre soltera no volví a saber nada más hasta hace unos meses. A pesar de los años que habían pasado la reconocí de inmediato, imposible olvidar aquellos ojos. Esta vez no venía sola. Iba acompañada de una mujer un poco mayor que ella, del marido y de la hija de ésta. Traía una petición insólita: le quedaba poco tiempo de vida y nos pedía acabar sus días en la residencia y ser enterrada en nuestro pequeño cementerio, a cambio, por supuesto, de una gratificación económica. Aunque no quiso darnos explicaciones, yo sé que lo que quería era reunirse con el hijo que había perdido y ella creía enterrado aquí. Te preguntarás por qué te cuento todo esto y por qué te he pedido que vinieras. Poco después de que ella se instalara aquí enfermé gravemente, y no tardaré en ser llamada por nuestro Señor. No sé si mi enfermedad es una casualidad, un aviso o un castigo del cielo, pero por si acaso quiero presentarme ante Dios con la conciencia tranquila: Últimamente, cuando recuerdo aquella noche de lluvia pienso que tal vez me atribuí un poder que no me correspondía, que sólo le corresponde a Él… Bien, aquella niña eres tú, y aquella mujer tu verdadera madre. Por eso, cuando tus padres tuvieron el accidente no pudiste ser donante suya, no eras compatible con ninguno de los dos.

La chica no podía creer lo que oía. Un montón de dudas la asaltaban y parecía que le fuera a estallar la cabeza. A pesar de todo, seguía sin creerla.

         -¿Cómo sabe lo del accidente de mis padres?
        -Ya te he dicho que tus padres eran muy devotos y venían aquí con frecuencia. Además yo me sentía responsable de haberles dado a aquella niña y periódicamente preguntaba por ti y me aseguraba de tu bienestar.

Gabriela, indignadísima, se levantó con la intención de irse.
       -Mire, ¡ya estoy harta! ¡Esto es demasiado! No sé cómo tiene la desfachatez de decir eso. ¡Debería darle vergüenza!

Y acto seguido se marchó.

Al cabo de un par de días, Gabriela seguía dándole vueltas a todo lo que aquella monja le había contado. Hizo memoria y recordó que cuando ella era pequeña, cada cierto tiempo, recibían en casa visitas de una monja. Su madre preparaba café con pastas y se sentaban en el salón a charlar. Estaba un rato y luego se iba. Siempre, antes de marcharse la miraba por un instante. Aquellos momentos habían sido borrados completamente de su memoria. Hasta entonces habían sido completamente irrelevantes, pero ahora todo empezaba a cobrar un sentido diferente. Tampoco paraba de darle vueltas al hecho de que supiera lo del accidente, su incompatibilidad como donante… Aunque aquello no era determinante, muchas veces pasa eso, pensaba ella. Pero, por otro lado, nadie en la familia tenía ojos claros, ni padres, ni tíos, ni abuelos. Gabriela estaba completamente desconcertada. Pero si la historia era cierta, ¡ella era una niña robada! Pensó en su madre joven, sola y desprotegida, sintió su tristeza sin consuelo por no haberla conocido, maldijo la soberbia de quien creyéndose Dios había truncado sus vidas y las había separado, y rompió a llorar liberando toda la ira contenida.

  Inmediatamente le vino a la cabeza la mujer con la que había estado hablando en la capilla, la hermana de la difunta; recordó la simpatía que había sentido hacia ella...

Buscó en la guía telefónica todos los “Muñoz López” que había en Toledo y llamó uno a uno hasta que dio con ella. Se citaron en una cafetería del centro con la excusa de que en el entierro no habían podido hablar.

Cuando llegó tuvo que esperar unos minutos que se le hicieron interminables. Por fin entró por la puerta la mujer que estaba esperando. Los primeros momentos fueron los más incómodos, pero finalmente Gabriela se decidió a dar el paso y empezó a hablar.

                                           Julia Lorenzo, 1º Bach.





En Valencià els treballs premiats van ser:


Modalitat de narrativa:


1er Premi:



3 de juliol de 2006

Tot queda i tot passa, però aquesta història es quedarà per molt de temps.
Clarejava una sufocant matinada d’estiu, exactament era el dia 3 de juliol. Em trobava gitada al llit, veient com el Sol eixia per damunt dels sostres dels edificis de València. No vaig mirar l’hora, supose que seria al voltant de les huit. Quina calor feia Déu meu! Era impossible dormir-se amb l’embolic de llençols i problemes. Cavil·lava. Pensava en ma mare, en quant feliç era ara. En aquell somriure seu tan misteriós i encisador, el mateix que portava a tots els homes darrere seu. En els seus rinxols negres brillants, tan alhora desordenats com preciosos i amb classe. La seua roba amb esclats de colors i formes que ni tan sols coneixies abans... Pensava.
Ja feia set anys que l’alegria havia tornat a la cara de ma mare i mai l’he tornat a trobar pesarosa ni trista, però a voltes torna la mare apagada que sempre estava al costat d’un home arrogant i masclista; també anomenat per mi pare. Jo clarament no en vull saber res d’ell, com si vol comprar-me un viatge a Hawaii.
M’alcí del llit, farta de donar voltes i voltes. Tenia un nuc a l’estómac, no sabia per què, però hui no anava a ser un bon dia.
Feia poc que acabava d’acabar les classe, i ja era estiu, però quina mala sort que totes les meues amigues s’havien anat a Anglaterra un mes per a estudiar i millorar l’anglès.
Però clar, segons la mare, jo era totalment incapaç de anar-me’n de viatge sola, era massa immadura. Quina barra de mare! Tot el dia renegant sobre mi. L’estimava però...
A voltes he desitjat que mon pare haguera sigut com estos de les pelis americanes; el típic home totalment perfecte. Simpàtic, gentil i sobretot un tros de pa... Bah! Tot mentides, però tan boniques de somiar...
Vaig deixar una trista nota a la taula de la cuina. Només arribar baix vaig pensar si no havia sigut massa seca a la nota, però en seguida vaig despreocupar-me al pensar que ja la veuria a l’hora de dinar. Allí al carrer només en vaig trobar a homes passejant gossets ridículs, tan xicotets que d’una bufada de vent segur que eixirien volant. Vaig començar a riure’m en silenci pensant com, segurament, aquests pobres infeliços van perdre a la disputa amb la seua dona per veure qui baixaria a la maleïda mascota. Per a que després diguen que la dona és el sexe dèbil. 

                                                                       Blanca Andrés Miguel, 4rt d'ESO


2n Premi:

Relat d'una adolescent


Piti-piti! Piti-piti! Clonc* Ah! Un altre dia més. És massa prompte per a tindre un aspecte agradable. Com sempre, he hagut d'escoltar a ma mare cridant des de la porta de casa "Clara, agafa una jaqueta, que fa molt de fred!" Com sempre, perd l'autobús, i em toca fer-me una carrereta per a arribar a temps.

La mateixa gent de sempre, amb el mateix aspecte de sempre. Marina està esperant-me davant de la classe. I com sempre, esperem a la professora.
Em fa molta gràcia la societat. Tenim eixa mentalitat de gastar-nos els diners en coses que no ens fan falta. Per exemple, Rossana, de 1r D, porta unes sabates de 70€. Les mateixes sabates que portava ahir, però en un altre color. Eixes mateixes sabates de les quals en unes setmanes, s'oblidarà, i ja en tindrà unes noves a l'armari. Per què la gent no s'adona? Per què ens queixem de la crisi mentre gastem innecessàriament?

-Clara! -Marina estava mirant-me furiosa.
-Què passa? -vaig haver de desviar la seua mirada perquè estava cremant-me amb els ulls.
-T'estava contant el que va passar ahir a la festa d'Óscar. -ho va dir en un to monòton. Deixà de mirar-me per ficar els ulls cap a les taquilles.

Tin ton tin* El timbre sonà. Vam seure a la banda de les finestres. La Sra. Amèlia estava d'un humor sospitosament bo. Manà un treball de la Segona Guerra Mundial per al divendres i es passà la resta de la classe rient mentre feia mirades dissimulades al seu telèfon. Jo em vaig dedicar a dormir, i a eixir fora de classe quan em van pillar dormint. Perfecte Clara.
Faltaven 5 minuts per a la següent classe. Una porta del final del passadís es va obrir i eixí un xic molt guapo, alt i musculós. Suposí que també l'havien tirat de classe, perquè es quedà pel passadís donant voltes. El xic, em va mirar, i va aproximar-se al meu costat. Va mirar per la finestreta de la porta de la meua classe.

-No et preocupes, la Sra. Amèlia és una histèrica. Està tot el dia parlant amb el seu nuvi. Com et diuen? -el xic va fer-me un somriure-.
-Clara. -crec que vaig posar-me roja, perquè ell va riure. "Déu meu que guapo és" vaig pensar.
-Jo sóc Dani. Un gust Clara -i el timbre tornà a sonar- Bo, ja ens vorem xicota. Quan vulgues, crida'm -abans d'anar-se'n, em donà un paper i ràpidament apuntà uns números.

Que nassos acabava de passar? Vaig vore com s'allunyava pel passadís, i entre tot l'embolic d'adolescents amb hormones revoltes, Marina aparegué corrent amb un somriure d'orella a orella cap a mi. Ens dirigíem cap a educació física.

-Es pot saber per què no m'havies dit que coneixies a Daniel Mens!? Creia que una bona amiga ho faria.
-L'acabe de conéixer. Qui és? I per què al·lucines tant?
El senyor Pere ens va fer córrer durant tota l'hora de gimnàstica. Això li va vindre de perles a Marina per a fer-me un interrogatori sobre Dani, i a més contar-me allò de la festa.

-Que per què al·lucine? És el jugador estrela de la lliga de Vall de Mora. És un xic encantador i molt llest. És el xic perfecte! I mare meua tens el telèfon de Daniel Mens!-vaig pegar-li un cop de colze perquè la resta de persones de classe havien alçat el cap en escoltar eixes paraules-.

-Sí, pareix un xic genial, però no tinc cap oportunitat. De segur que totes les seues "ex" no tenen el rècord de més expulsades de classe per estar dormides... A més, no el conec de res, ni ell a mi -la veritat és que córrer mentre parles és bastant fatigós, però sé que si no parlem ara, em torturarà a preguntes a l'hora d'anglés-. Tu no havies de contar-me allò de la festa? Us vàreu besar?

-Ah, és cert! Però després continuarem amb Dani -bé, l'havia aconseguit despistar. No volia més preguntes-. No t'ho vas a creure.

Òscar havia sigut el nuvi de Marina durant 3 anys, però a l'estiu de tercer d'ESO, ho van deixar. Pocs mesos després, van adonar-se que es feien falta, que es feien feliços, però com els dos són uns cabuts, i estaven convençuts que si tornaven a eixir junts, tornarien a enfadar-se, quedaren en enrotllar-se només quan es feren falta.

-Doncs això. Jo anava preciosa, la veritat, a la seua casa, i hi havia molt bon ambient i la gent s'ho passava bé. Així que vaig decidir pujar a l'habitació d'Òscar... Però quan vaig obrir la porta... Estava pegant-se el lote amb Becca. T'ho pots creure? Becca... Jo la considerava una amiga -hi havia un to d'amargura en les seues paraules-. En fi, que vaig anar-me'n indignada i quan torní a casa vaig rebre desenes de missatges d'Òscar demanant-me perdó.

-Ho sent tantíssim... No pots prendre seriosament a un xic. Estan tots fava, i només pensen en sexe i videojocs. Els xics de pel·lícula no existeixen. De veres t'ho dic, no mereix la pena. A més, Òscar mai et va tractar bé.

A continuació, ens rentàrem i pujàrem a anglès. Pel camí, Dani em va veure i va saludar-me amb dos besos. Va dir-me que m'esperaria a la porta de l'institut per a acompayar-me a casa. Marina no parà de riure tota la classe. Així m'era impossible concentrar-me, i de normal era bona estudiant, menys quan m'adormia.

El dia es passà lentament, i vaig haver d'anar a física i química, informàtica, francés i biologia. Eixí morta i amb moltíssima fam. Quan vaig creuar la porta cap al carrer, Dani em va saludar amb la mà. "Per què vol conéixer-me aquest?" pensava.
-Hola bonica -començàrem a caminar cap a ma casa. Estiguérem parlant sobre classes, amics en comú, la família, els nostres gustos...
- Escolta'm, t'abelleix dinar amb mi? Serà divertit. Conec un bar que està molt bé. Està prop d'ací. T'animes? Jo invite- i ja era costum que acabara les frases amb un somriure-.
-Està bé. Avisaré la mare -amb un missatge serà suficient-.

Vaig passar una tard fantàstica. Descobrí que Dani té un germà menut anomenat Lucas; que vol ser advocat, que no li agrada la Coca-Cola... i un fum de coses més. En acabar de dinar, va acompanyar-me a casa. Feia un poc de fred, i crec que es va notar molt que estava gelada, perquè va donar-me la seua dessuadora. Arribàrem al portal de ma casa.

-Clara ho he passat de meravella. Ets una xica molt bona, no sé com no t'he conegut abans. Quina casualitat que ens coneguérem per estar castigats eh? -vam riure ambdós- Escolta... estava pensant...-començà a mirar cap a baix- El divendres done una festa a la casa de mon pare. Compte amb la teua presència, d'acord? A més pots dur amics -i aparegué una altra vegada eixe somriure que em matava-.

-Jo? Emm... Està bé. Clar. Estaré allí a les... 23:00?
-No. A les 22:00. -i va fer-me un bes. No un bes típic de comiat. Va donar-me un bes molt prop de la boca, i va abraçar-me. Ell s'estava allunyant-.

-Dani! -es girà, i tornà-
-Què passa?
-La teua dessuaora, pren -vaig fer un gest de llevar-me-la-.
-No no, no et preocupes. Dona-me-la quan vulgues. En tinc moltes més -i se'n va anar-.

Mare meua. M'havia convidat a la seua festa! Açò era d'allò més estrany... acabava de conéixer-lo, i ja havia dinat amb ell... i anava a veure'l divendres per la nit! Vaig decidir pujar a fer els deures. Mon pare estava fent la migdiada al saló, i la mare supose que treballant.
Vaig començar a fer els deures per a l'endemà, i quan estava fent biologia, amb tot allò de les malalties i l'ADN, vaig barallar-me molt el cap. Així que vaig deixar els deures, i em doní un bany d'una hora llarga. En eixir, vaig sopar, i em vaig deixar la roba preparada per al dia següent. Tant em conec que ja sé que és millor deixar-me-la per la nit que al dia següent perdre l'autobús, com hui.

Una altra vegada sonà el despertador. Eixe so al qual encara no m'havia acostumat. Aquesta vegada vaig agafar l'autobús puntualment. Durant el trajecte vaig pensar en el dia d'ahir. Hui era dijous, i tenia una festa demà. Havia d'anar de compres hui sí o sí. De segur que a Marina no l'importaria.

-Queeeeè!!?? ACABES DE DIR QUE T'HA CONVIDAT A LA SEUA CASA!?-vaig riure moltíssim. La meua millor amiga sempre havia sigut una exagerada i una fava pels xics-.
-Vols callar-te idiota? Necessite roba i maquillatge. T'abell...
-Sí. Quedem davant del centre comercial que esta prop de l'estació d'autobusos. A les 17:30. Me'n vaig a castellà. Fins la vesprada.

I abans de poder canviar l'hora o dir tan sols "adéu", va desaparéixer. Jo vaig fer la meua rutina típica de classes del dijous. En el pati, estiguí amb altres xiques de classe que estaven tontejant amb uns xicots. Jo vaig preferir mirar la gent. Que hipòcrites que són. Tots pareixen un còpia i pega de l'ordinador. Els tres mateixos patrons de dessuadora, de sabates. Ells barallant-se com borinots davant de les xiques, i elles rient sense cap sentit, plenes fins dalt de maquillatge. Després estava jo. Com em veurien ells? Una xica que no és pràcticament coneguda, que sempre va amb les meues camisetes i vaquers, i les mateixes esportives. Una xicona amb cabells embolicats i unes notes que fan pena. Tal vegada no siga tan diferent a ells...

A les 17:31 ja estava al centre. Marina assenyalava el seu rellotge.

-Arribes tard
-Com sempre

Recorreguérem totes les tendes del centre. Per a especificar, 9 sabateries, 5 perfumeries i 15 tendes de roba. Ah, i el Mc Donalds on berenàrem. Marina estava il·lusionadíssima, encara més que jo. No parà de repetir-me quanta sort tenia d'estar a la seua festa i de tenir el luxe de ser la seua amiga. Va fer-me emprovar 20 vestits, dels quals sols li n'agradà un. Era blau marí, paraula d'honor, que m'arribava fins als genolls. A l'altura del melic, portava una tira negra amb un llaç també negre. Va acompanyar el vestit amb unes sandàlies amb tacó negres, que realment em feien uns peus bonics. La veritat és que Marina tenia un gust increïble per a la moda.

Vaig tornar a casa esgotada. I mullada. Havia plogut i jo no portava paraigua. Vaig anar de cap a la banyera, i en eixir, estava tan cansada, que vaig dormir-me sense sopar.

Era el dia de la festa. Vaig anar un poc més arreglada a classe. Les hores es passaren ràpidament, fins que arribà socials. La Sra. Amèlia va aproximar-se a mi.

-Clara. El treball

Merda. El treball de La Segona Guerra Mundial! Se m'havia passat per alt totalment... Ah... Què em passa? La professora se'n va anar a la seua taula i anotà unes coses en el seu quadern.

-Tu segueix així, guapa. Que a tu et veuré a setembre.

Eixa dona és una amargada. Estic ja cansada del mateix de sempre. Vaig eixir un tant enutjada de classe, però no va importar-me molt després, quan em vaig recordar de la festa. Marina i jo dinàrem a ma casa per a després poder posar-me com una princesa.
A les 18:00 ja estava arreglant-me. Ratlla blava, rimel negre, una base de maquillatge, llavis amb un brill lleuger, la colònia de DKNY i les polseres de la seua germana. Vaig acabar realment guapa.

-Marina, vols vindre amb mi? A la festa?
-Eh, no gràcies. És la teua nit. Jo he quedat amb Òscar. He de dir-li unes quantes coses.

Vaig arribar-hi un poc prompte. La casa era molt gran, amb una façana blanca i una terrassa més gran que la meua casa sencera. Vaig tocar a la porta. Un xic amb els cabells rossos va obrir-me. Em mirà de baix cap a dalt i se n'anà, deixant la porta oberta perquè jo passara.
A l'interior ja feia pudor a humanitat. La música em feia notar els meus batecs, i la gent ballava ja d'una manera un poc descontrolada. Al cap d'uns minuts, aparegué. Amb el seu somriure ensordidor, els seus cabells perfectes, una camisa blanca que resaltava els seus músculs i uns pantalons de seda negres.

-Mare meua Clara... sembles una deessa...-jo continuava bocabadada amb el seu rostre-.
-Oh gràcies. Tu també estàs molt bé -"Molt bé? Oh vinga Clareta" vaig pensar-.
-Escolta estava parlant amb uns amics. Vés pujant a la meua habitació i ara parlem val? Vaig a acomiadar-me d'ells – i va anar-se'n-.

Oh Déu meu. Aquest... volia enrotllar-se amb mi? Crec que l'alcohol estava fent efecte en els dos. Segurament no passaria res... Així que vaig pujar i hi havia un gran passadís amb moltes portes. Quina de totes era la de la seua habitació? Vaig provar en una que hi havia al final. I no em creguí el que vaig veure.

-MARINA!? -allí estava la meua "millor amiga", donant-se el lote amb Daniel.
-Merda... -Daniel no s'havia adonat que estava allí-. Clara, t'ho puc explicar...
-No hi ha res a explicar! Ets una amiga horrible! I tu tampoc et lliures -dirigí la meua mirada cap a Dani-. Ets un imbècil. Com pots fer-me açò!?

Me n'aní corrent per a eixir d'allí. Mentre m'allunyava del passadís, escoltava com reien. No ho podia creure. M'havien mentit! Ara ho entenia tot... Ella el coneixia molt, em donava excuses d'Òscar per a fer-me pensar que li agradava ell, Dani era tan simpàtic... Només volia aprofitar-se de mi per a aproximar-se a Marina... I ella m'havia fet el mateix que Becca li va fer a ella. Exactament el mateix. Per veure que se sentia? No ho sé i mai ho sabré.

Anava caminant, mentre el meu mòbil no parava de vibrar pels missatges que jo ignorava. Haguí d'agafar un autobús per a arribar a... a on? Ja tots m'havien fallat. No tenia a ningú. Vaig anar a casa, destrossada.
I per si la meua vida no havia donat suficients tombs aquesta nit, vaig trobar-me a un home sense camisa i amb els pantalons descordats pujant ràpidament per l'escala per a arribar al pis d'alt. Qui era eixe home? Un lladre sexy? Al saló estava ma mare, amb una bata que mai havia vist. Tot en el saló estava rebolicat, hi havia una gran quantitat de ciris i encens a l'ambient.

-Clara!? Què... què fas ací tan prompte?

Per què em feien açò?

-Mare... Què estaves fent? -vaig notar com baixava aigua pels meus ulls, mentre que a ella li baixava aigua pel front-.
-Clara... jo... ton pare se n'ha anat.

Què? Que se n'havia anat? Tot açò estava sent massa per a una sola nit. De veres estava sola en el món. Vaig córrer fins al bany de dalt. Em vaig trobar a "eixe home" dins. El vaig fer eixir de seguida, i em vaig tancar amb pestell.
Entenia algú alguna cosa del que havia passat aquesta nit? Vaig començar a plenar la banyera. Em vaig mirar al mirall. Tenia el rimel corregut; el vestit ple de fang; i el cor danyat. En només dues hores, m'havien traït, mentit, utilitzat. Havia perdut la meua millor amiga, al xic que m'agradava, i els meus pares... d'ells ni parlar. Com d'un dia a un altre poden canviar tantes coses? Qui hauria pensat, ahir, provant-me roba, que la nit acabaria així? És molt probable que m'haja convertit en el prototip d'adolescent que tant odie... La típica adolescent que no entregava els treballs, que es preocupava per la roba si anava de festa, la que s'enamorava d'un xic sense conéixer-lo, la que gastava diners sense importància...
La banyera es plenà. Vaig introduir-me lentament, poc segura del que anava a fer. Però, quina altra opció tenia? Ja no tenia a ningú. Una vegada dins, vaig connectar el assecador de pèl. El submergí. El vaig encendre. I en menys de 5 segons, tot el sofriment s'havia esfumat.


                                                                             Laura Beut Diana, 3er B


Modalitat de microrelat:

1er ESO


Fugint del fred


Quan vaig sentir la furgoneta vaig eixir a córrer a cames ajudeu-me, ni tan sols vaig arreplegar el llibre que se m’havia caigut. El soroll del motor cada vegada semblava més a prop i ma casa més lluny. Quan es va aturar, l’home em va preguntar: “Vols gelat o granissat?”.
                                                                                              
                                                                          Yuri Hirs Álvarez, 1er ESO



El jardí


Abans d'entrar ja se sentia l'olor, estava ple de cales gegants i blanques. En el centre es veia l'ametler amb milers de floretes, com si fóra una nit de cel estrellat. En el racó més florit on no arribaven els rajos de sol, una tovallola i un llibre d'aventures.

                                                                           Sofia Huerva Bayona, 1r ESO



Els peixos 


Hi havia una vegada un peix, es va comprar un llibre sobre peixos. L'amic li va dir que què estava llegint, va dir: un llibre de peixos. El peix li va dir que els peixos soles tenien tres segons de memòria, i el peix li contestà...què?... que de què?





                                                                     Daniel Arnaiz de Manuel, 1r ESO



Batxillerat:


Mirades

Ell estava lluny d'ella. Malgrat la multitud, aconseguiren mirar-se clarament. S'ho deien tot amb la mirada, es fusionaven, esdevenien en una única persona. Els ulls d'ell, blaus; els d'ella, verds, es tornaven més cristal·lins, resplendien encara més a mesura que la passió s'incrementava. Tanmateix, s'allunyaren sense adonar-se'n: eren guerxos.

                                                                   Víctor Hernández García, 2n Batxillerat




Modalitat d'assaig:

1er Premi




Totes les famílies felices s’assemblen, les dissortades ho són cadascuna a la seva manera”

Coneguí uns nens al col·legi: l'un es burlava de les desgràcies de l'altre i es barallaven, fins que un dia la cosa passà a majors. Per tal de valorar la gravetat de la situació i prendre mesures, les mares decidiren entrevistar-se i contar-se les seues desgràcies.

L'una, Beatriu, li contà a l'altra, Elena, que perdé el seu marit en un accident aeri quan ella s'adonà que estava embarassada i que, arran d'això, descobrí que el seu marit tenia una amant a qui li ho deixà tot. L'única cosa que li quedà fou un pis vell i insalubre. Mai aconseguí recuperar-se i eixir d'aquell afonament de soledat i frustració, la qual cosa li havia fet tindre desatès el seu fill, el qual canalitzava la seua infelicitat burlant-se de les desgràcies dels altres.

Elena contà que el seu fill fou producte d'una curta relació que tingué amb un home jove quan era adolescent. Ell desaparegué: mai sabé si era viu o mort. Els seus pares se n'assabentaren de tot i la tancaren en un convent fins que parira. Mentre ella estava allí, ells reberen una carta de la notaria en què els explicaven que la seua filla havia heretat una gran suma de diners d'un home que havia faltat. Avars, no renunciaren a l'herència del desconegut i, com que la seua filla era menor d'edat, l'administraren ells. Quan isqué del convent amb el seu fill, els pares li contaren que havien guanyat la loteria i que ells els mantindrien. Viure amb els seus pares criant el seu fill era un infern i se sentia sola, volia gaudir de l'amor d'un home que la volguera. Però li aterrava enfrontar-se als seus pares perquè temia que els ficaren al carrer. I, això, també ho sentia el seu fill: volia la figura d'un pare i veure a sa mare feliç. Aquest, per sentir que hi havia gent en pitjor situació que ell, es burlava d'altres nens els problemes dels quals coneixia.

A tot açò, l'una no coneixia el nom del fill de l'altra. Així que, li ho preguntaren: Enric Alberic, digué Beatriu; Amadeu Colliga, digué Elena. Aquesta es quedà perplexa quan escoltà el cognom del fill de Beatriu perquè solament l'havia escoltat en el nom d'una persona. A més, és un cognom molt poc comú. Elena li preguntà a Beatriu com es deia el seu marit: Miquel Alberic. I, per confirmar la seua sospita, li preguntà quina edat tenia el seu marit quan faltà: trenta-dos, digué. Davant això, Beatriu i Elena lligaren caps, s'ajudaren a completar les seues històries i arribaren a la conclusió que allò que els havia passat és que havien sigut enganyades per uns malvats, i que, per ells, les seues vides i les dels seus fills eren tan desgraciades.



Arran d'açò, sorgí una enorme compenetració entre elles i decidiren unir les seues vides. Elena decidí enfrontar-se als seus pares: reclamà tot el que li pertanyia i ho aconseguí. Compartiren una llar meravellós que serví per a crear una família feliç amb una vida plena que mai més tornà a afonar-se. Ajuntar-se posà fi a la seua desgràcia i obrí una definitiva etapa de felicitat i prosperitat en les seues vides i les dels seus fills, que canviaren la seua actitud alhora d'afrontar els problemes.


                                                        Victor Hernández García, 2n Batxillerat