EL REGALO
Emoción, alegría, impaciencia. Esto es lo que sentí cuando me dio el último regalo. Era una caja envuelta en papel rojo con lunares amarillos y con un lazo dorado. La abrí y descubrí que en su interior no había el típico regalo, sino una recopilación de todo lo que habíamos pasado juntos. No lo pude remediar y me eché a llorar. Ese regalo de despedida siempre estará en mi corazón.
María Villagrasa Guarch. 1ºA
MI MEJOR AMIGO
Suelo sentarme a su lado y se lo cuento todo. Él me escucha atentamente. Es muy alto, con el cabello verde. Tiene una piel rugosa de color marrón y sus brazos son muy largos.
Todos los días me siento a su lado. Le cuento que es mi único amigo. Sé que me guarda mis secretos. Sus ramas para mí son unos brazos que me cuidan y protegen del peligro.
Natalia Gimeno Cerdán. 1º D
¡QUÉ DESPISTE!
Debía Volver a Francia y estaba como un flan. Preparé la maleta con entusiasmo. Doblé mi ropa interior, metí mis zapatillas… Todo dispuesto. Me fui a la cama. Soñé con mis amigos franceses Jacqueline y Alain ¡Qué ganas de verlos! Llegué muy justa a la estación. Cogí el tren por poco. El viaje se alargó. Dormí profundamente. Al bajar oí la megafonía:
-”¡Benvenutti!”
¡Qué razón tenía mi madre! Soy un puro despiste.
Sara Llago Urbiola. 1º A
EL CENTRO DEL PELIGRO
En lo hondo del bosque, los árboles cubrían la tenue luz de la luna convirtiéndolo en un lugar tenebroso. El ruido de las hojas al crujir, junto al silbido del viento a través de las ramas, formaba una especie de susurro que producía un escalofrío. No veía la entrada. Vi la salida: un destello de luz parpadeante con un ritmo frenético. ¿Estaría situado en el centro del peligro?
Tomás Montenegro Moue. 1º D
ÁNGEL
Ella corría tan rápido como sus pies se lo permitían. Huía del asesino de su hermana, del hombre que maltrataba a su madre. Llevaba horas corriendo, no podía más; estaba exhausta. Las gruesas lágrimas que derramaban sus ojos le impedían ver bien; tropezó y cayó inconsciente.
La despertó una suave caricia. Abrió sus ojos para encontrarse con los ojos que tanto aparecían en sus sueños. Era su ángel.
Ainoa Velázquez. 1º C
MI VIEJO AMIGO
Paseabas por el campo grande, me presenté, te conté mi afición por la escritura e, inesperadamente, me invitaste a tu casa. Apunté la dirección en un trozo de papel y por la tarde estaba en tu piso, en la calle Dos de Mayo. Me dedicaste unas palabras en una edición de una de tus obras y me diste unos consejos que no he olvidado. Querías ser recordado como un hombre bueno.
Sergi Fernández Artimaña. 1º C